Al llegar a la edición 150 de nuestro periódico, es bueno reflexionar sobre el rol que hemos cumplido como informativo regional para que la veracidad de los hechos llegue a la comunidad.
Siempre se ha considerado que los medios de comunicación deben ser imparciales e independientes, cosa que no se cumple en nuestro medio, pues se ha demostrado que estos giran en torno al interés comercial del momento, es decir, de quien ofrezca más o a quién beneficia o perjudica el informe.
Con ocasión del paro nacional, que independientemente del punto de vista como se mire le ha causado un enorme daño económico y social del país, los noticieros nacionales se han dedicado a reproducir diversas imágenes tratando de inducir la opinión del ciudadano-
De esto se desprende que la opinión nacional no tenga un concepto claro sobre la realidad de lo que sucede en esta revuelta.
Es muy desconcertante ver en un noticiero las imágenes en las que aparece la policía nacional o el SMAD atacando a los jóvenes para obligarlos a evacuar o despejar las vías nacionales.
Otros en cambio reflejan el vandalismo de los protestantes, la salvajada con la que actúan y que son la cara opuesta de las imágenes de otro noticiero.
Por eso recalco que por encima de la imparcialidad debe primar la veracidad que en repetidas ocasiones ha generado malestar entre los que ostentan el poder, pues al decir verdades, el medio se convierte en la piedra en el zapato, el que estorba, el enemigo del gobernante o funcionario.
Desgraciadamente muchos de los que ejercen el periodismo no han entendido su real papel de informador y se han convertido en verdaderos mercaderes de la desinformación. ¿Cuánto me pagan y que escribo?
Esto lo podemos ver muy sencillamente en época electoral cuando se conoce perfectamente al candidato, su mala imagen, su pasado oscuro, pero sin embargo el medio se ofrece por unos pesos para mostrarlo como la mejor opción para que dirija los destinos de nuestro país, para días más tarde salir a decir que ese político es un mentiroso, ladrón y embaucador.
Servimos como medio para que el político llegue al poder, se recibe un pago o prebenda a cambio, pero si no se obtiene lo requerido, ese mismo medio se convertirá en el adalid de la justicia para atacar a quien no le pagó bien.
Me pregunto. ¿Eso es periodismo?
En estas ciento cincuenta ediciones de Francotirador, hemos tratado de ver objetivos, imparciales pero sobre todo, veraces, con la convicción que hasta el momento lo hemos conseguido.