¿El CAMBIO DE ROSCA?

Ahora que se avecinan las elecciones regionales en las que el pueblo tendrá la oportunidad de elegir gobernadores, diputados, alcaldes, concejales, ediles y juntas locales, podemos ver fácilmente como ha cambiado la forma de hacer política. Anteriormente, a los gobernadores los designaba el presidente, a los alcaldes los nombraba el gobernador y los concejales no recibían salarios y trabajaban por amor a su pueblo. Quienes aspiraban a ocupar un cargo de elección popular, ponían a disposición de la gente, una serie de promesas, (algunas de ellas descabelladas), con el fin de llamar la atención y lograr el voto.

Era la época del debate respetuoso, de plantear soluciones y programas de gobierno acorde a las necesidades del país. Desgraciadamente la forma de hacer política ha cambiado. Al aprobarse la elección popular de gobernadores y alcaldes y que los concejales empezaron a recibir remuneración, desaparecieron por completo el interés de servir a la comunidad, el amor a su terruño y el ideal político. Ahora solo prima el llegar, así sea comprando conciencias para obtener poder político y con ello aumentar su poder económico, gracias al desfalco de las arcas municipales y a sus negocios personales mezclados de corrupción.

Llegaron los ilusionistas y cumplidores de sueños, los embaucadores que estando en el concejo no hicieron absolutamente nada y tan solo se dedicaron a aprobar los proyectos de la administración, pero que ahora le dicen al pueblo lo que este quiere escuchar, mostrándose como la renovación, el cambio, la nueva generación, prometiendo acabar con lo que llaman rosca, la misma de la que fueron partícipes. Para lograrlo, están siguiendo los pasos de nuestro presidente Gustavo Petro, quien le vendió el alma hasta al mismo diablo, mezclándose con los más corruptos con fin de lograr sus objetivos. Estos que se dicen renovación, ahora están financiados por los mismos que llevan gobernando más de 20 años; por los loteros vendedores de ilusiones, pero no precisamente a través de la lotería, si no que se dedicaban a vender los lotes. Por las familias que se han dado cuenta lo ventajoso que es servirle al pueblo, tanto que algunos fueron a la cárcel, pero dejaron a su hijo para que siga sus pasos y ahora a su otro hijo, porque según parece lo único que los impulsa es servirle al pueblo a cambio de recibir grandes prebendas por aprobar lo que se requiera y de esta forma amasar inmensas fortunas.

También están aquellos que llegaron humildemente, empujados por quienes los vieron sencillos, pero que a los pocos años ostentaban suntuosas camionetas. Los que han dedicado a entregar dádivas y minucias para comprar la conciencia del elector, pero como ya no puede aspirar, coloca a su esposa sin importar que no tenga la mínima idea de lo que debe hacer, lo importante es estar allá para que le siga sirviendo al pueblo, porque bien lo dicen los doctores de la carranga, “Esa teta no se puede dejar” En fin, las ideas quedaron atrás, ya no se habla de programas, Ahora prima la calumnia, la difamación, la componenda y la marrulla. Para eso se habla mal de los demás olvidando que una vez fueron parte del mismo grupo. Desgraciadamente gran parte del pueblo cae en la trampa del ilusionismo, de aquel que ofrece cambio, de acabar con la rosca, de la renovación, pero con la que paradójicamente han convivido y compartido. Por eso se debe tener mucho cuidado con esas promesas ventejulieras; con los cantos de sirenas que confunden y aturden el pensamiento; con aquellos cuyo pasado familiar es muy oscuro pero que prometen ser la luz de honestidad, pero que tan solo pretenden formar su propia rosca.

Posiblemente esto sea aprovechado por algunos candidatos que ya ocuparon el poder y ahora se muestran como la solución real, o por aquellos que sus discursos y planteamientos parecen ser sacados de los cuentos de los Hermanos Green, ya que solo son fantasías e ilusiones, con los cuales no comparto en nada, pero que muy seguramente dirán que con este escrito se demuestra que ellos tienen razón. Es por esto que se debe mirar con el espejo de la realidad, pensando con la cabeza y no con el corazón, ya que este es el peor consejero, Equipo que viene trabajando bien debe continuar y no se debe cambiar. Como decía el bobo de mi pueblo, “esto tan bueno no lo puedo creer”; Y al creerse el cuento del cambio, como con el presidente Petro, con este cambio tengamos que salir de Guatemala, para meternos en Guatepeor.

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